lunes, 18 de febrero de 2013


Falling in Love
No puedo (ni quiero) evitar enamorarme de ti.
POR MERCEDES LLÀCER



ada ni nadie podían haberle preparado para la impresión que recibió cuando alzó los ojos y pudo verla. Decir que era la mujer más bella que había visto en su vida sería quedarse corto. Estaba de pie, ajena por completo a su escrutinio,  mientras esperaba a que el camarero del brístol  tomara nota de su pedido.

Llevaba un precioso y romántico vestido de flores que se ceñía a la perfección a las suaves curvas de su cuerpo y, cómo aunque ya era primavera, todavía refrescaba por las tardes, cubría sus hombros con una chaqueta roja de doble botonadura con un volante en la cintura que la hacía parecer todavía más estrecha. También sus pendientes eran rojos, lo mismo que el pequeño bolso en forma de corazón que llevaba en la mano.

Sonrió al darse cuenta de la paradoja, su corazón también estaba en las manos de ella. No tendría paz hasta que supiera quién era la preciosa ninfa vestida de rojo. Rojo, el color de la pasión, la que el sentía en aquel momento.



Estaba tan hipnotizado con la visión que, no se dio cuenta cuando se  giró y comenzó a caminar  hacía la salida. Por suerte, el destello producido por la luz reflejada en sus altos zapatos blancos le hizo volver a la realidad.

Se iba, y, si no se daba prisa, esa mujer, esa diosa de belleza imposible, desaparecería para siempre y él no podía permitirlo. No ahora que sabía que existía, no ahora que sabía que no podía (ni quería), evitar enamorarse de ella.