Hay que ver cómo pasa el tiempo, nadie lo diría pero, estoy casi segura, que no han pasado más de 4 días cuando mi hijo Arnau, el chiquitín de la casa, empezaba con 3 añitos su etapa escolar...
Y ahí lo tenéis, el día de su graduación, con el bachillerato terminado, justo en ese momento en el que uno se encamina a prepararse para lo que será el resto de su vida... y él tan tranquilo, tratando de decidir si será abogado o paleta... Esto último se trata de una broma familiar para dejar claro que, justamente, no se tiene, todavía, nada claro en la vida.
Para las que todavía no lo sepáis, Arnau es el hijo que he intentado regalar varias veces porque, cada dos por tres, me lía alguna del estilo se me ha caído el teléfono nuevo en la piscina o, anda se me ha roto la pantalla del portátil o, anda se me ha vuelto a romper la pantalla del portátil...
En fin, que esa noche era su noche y la de todos sus compañeros, esa que tanto tiempo llevaban esperando, esa que les hizo sentir orgullosos (y a nosotros, sus padres) por el trabajo realizado hasta ahora y la ilusión de sentirse un poco más libres, más independientes, casi tomando la riendas de su vida...
Como madre sólo deseo que su despegue sea seguro...
Vestido: El Corte Inglés
Zapatos: Merkalzado
Collar: Gracia Natural
Chaqueta: Maravillosa Criatura